2009 fue un año de rendimientos muy bajos. Esto se debió en parte a la relativamente pequeña cantidad de fruta producida por todas las variedades de uva y en parte al verano muy seco.
Las principales etapas del ciclo vitícola tuvieron lugar antes de lo habitual. El desborre ocurrió en los primeros días de marzo. La temporada de maduración empezó con tiempo relativamente frio, el cual continuó así durante todo julio, pero agosto fue extremadamente caluroso.
De julio a septiembre casi no llovió, lo que hizo que las vides localizadas en las áreas del valle más expuestas al calor se encontraran en situación de estrés hídrico. Sin embargo, como es habitual, las antiguas vides de la Vinha Velha, con sus extensos sistemas radiculares, fueron capaces de lidiar bien con el calor.
La vendimia en la Quinta de Vargellas arrancó el 12 de septiembre, pero la mayor parte de la selección y de la cosecha de las uvas usadas para producir el Oporto Vintage Vinha Velha se realizó entre los días 15 y 17.
Como consecuencia de la pequeña cantidad de fruta y del verano seco, los mostos de las viñas viejas fueron más concentrados que lo habitual, mostrando niveles muy altos de azúcar, taninos y color.
Púrpura-negro profundo con ribete fino. La nariz es Vargellas por excelencia llevada a un nivel sublime. Fruta ponderosa y lineal, ciruela, cereza negra y casis sobre un fondo oscuro y exótico de palo de rosa y clavo. El embriagador perfume a violetas contribuye al sentido de extraordinaria complejidad formada por múltiples capas. En la boca, los taninos densos y de textura espesa están revestidos con suntuoso sabor de fruta, dando al vino enorme volumen, peso y garra. Sin embargo, es en el largo e intenso final tánico que el vino exhibe su resiliencia y energía.