En 2008, el enólogo de Taylor’s, David Guimaraens, supo de la existencia de un extraordinario y muy antiguo vino de Oporto envejecido en barril que databa de antes de que la filoxera llegase al valle del Douro y destruyera la mayor parte de las viñas. El vino, con más de 150 años de edad, pertenecía a una ilustre familia del Douro y había sido guardado en una bodega en la localidad de Prezegueda, en el valle del río Corgo. Una verdadera reliquia que había pasado de generación en generación y todos los intentos para convencer a la familia de venderlo habían sido en vano.
En 2009, el único descendente sobreviviente de la familia murió sin dejar hijos. Sus herederos, algunos de los cuales no eran miembros de la familia, decidieron vender los dos barriles de este vino único y con tanta importancia histórica. Taylor’s compró unas muestras y, sorprendentemente, teniendo en cuenta la edad del vino, no solo se descubrió que éste estaba en perfecto estado sino también que era de magnífica calidad. La compra se concretó con éxito y los dos barriles fueron transferidos para las bodegas de guarda de la empresa en Vila Nova de Gaia el 13 de enero de 2010.
En circunstancias normales, un vino de Oporto envejecido en madera con tanta edad como éste habría sido incorporado en las reservas de vinos de Oporto tawny envejecidos de la empresa. En concreto, habría sido utilizado para elaborar el tawny 40 años. Sin embargo, teniendo en cuenta su calidad, rareza e interés histórico, el director general de Taylor’s, Adrian Bridge, decidió que este vino no debería ser mezclado con otros vinos sino que debía ser lanzado como un producto único para el coleccionista.
Así, en octubre de 2010, el vino fue lanzado como una edición muy limitada, con el nombre "Scion”. El Scion es uno de los más antiguos y extraordinarios vinos de Oporto Tawny envejecido en madera jamás comercializado, siendo también uno de los poquísimo vinos prefiloxérico del mundo que llega a nosotros en perfectas condiciones.
Scion Port Site
Un halo ámbar pálido adornado con sutiles reflejos verde oliva rodea un núcleo de color caoba profundo. El vino envuelve la nariz con una sublime y embriagante fusión de aroma opulento y seductor. Una rica e intensa fragancia de melaza e higo se junta con complejas notas de café tostado, hoja de tabaco, pimienta negra y cedro que se combinan con sutiles características de frutos secos y el discreto perfume de la madera de roble. Concentrado hasta una mágica quintaesencia, el vino envuelve la boca con una capa densa y suntuosa de sabor delicioso que se entrelaza con una acidez crujiente y vibrante. Sabores complejos y ricos de una intensidad sorprendente persisten en un final interminable. Este vino resuena como una voz estentórea invocando los siglos en un idioma que ya no se habla en el mundo del vino.