Una primavera atípicamente calurosa dio como resultado un desborre precoz y a mediados de abril las vides ya mostraban un buen desarrollo. En mayo, las condiciones para la floración fueron casi perfectas. El principio del verano fue fresco, pero en agosto las temperaturas fueron muy altas.
La vendimia comenzó en Vargellas el 13 de septiembre, una semana más tarde que en la mayor parte de la región. Las condiciones fueron perfectas, registrándose los niveles de azúcar más altos en años. Debido a las bajas temperaturas, las fermentaciones se prolongaron por más tiempo que lo normal, asegurando una excelente extracción de fruta, sabor y color.
Rubí profundo, volviéndose de color teja en el ribete. Carácter maduro de fruta en mermelada, revestido con exóticas notas florales y herbarias. Fruta pulposa, con chocolate denso, ciruelas y toques de regaliz. Final firme.