La temporada vitivinícola comenzó con un invierno muy lluvioso. Enero y febrero fueron más fríos que lo normal lo que resultó en una brotación tardía.
Las condiciones húmedas y frías continuaron hasta justo antes de la floración el 25 de mayo. La floración tuvo lugar en un clima caluroso y, cuando combinada con el gran numero de inflorescencias en brotación, dio lugar a los mayores rendimientos posibles desde 1900.
Llovió en cantidad considerable en septiembre lo que llevó a que muchos empezasen la vendimia. Sin embargo, los fuertes vientos y el clima caluroso que se siguió (entre el 27 y 30 de septiembre) secaron a los racimos y permitió la maduración completa de las uvas.
Esto se reflejó en una mejora notable en todos los vinos de Oporto producidos a partir del 29 de septiembre.
Color rojo profundo con ribete de color teja. Aromas de fruta madura con características atractivas de envejecimiento en botella. Boca aterciopelada y redondeada con sabores de frutas maduras. Matices atractivos de chocolate y regaliz. De duración media en el final.