El Taylor’s Single Harvest 1863 se produce a partir de una reserva de vinos de Oporto exclusivos y muy valiosos que han envejecido en barricas de roble e que pertenecen a la colección de la casa Taylor’s. Por esto motivo, el Taylor’s Single Harvest 1863 representa una pieza única en la historia del vino, que tal como una cápsula del tiempo le permitirá una visión fascinante de un pasado lejano.
Por otra parte, la vendimia de 1863 fue una de las mejores del siglo XIX y produjo el último gran vino de Oporto Vintage antes que la filoxera se hubiera extendido a toda la región del Douro.
Durante más de un siglo y medio de envejecimiento en barricas de roble, el Taylor’s Single Harvest 1863 alcanzó un nivel excepcional de densidad y complejidad mientras presenta una vitalidad y frescura, que son absolutamente notables en un vino con estos años. Además, el ambiente fresco e tranquilo de las bodegas de vino de Oporto logró que el vino mantéese su harmonía y equilibrio.
La presentación del Taylor’s Single Harvest 1863 tiene un diseño exclusivo: viene en un decantador de cristal especialmente producido en Italia, con un tampón de vidrio grabado y pulido a mano en Escocia. El decantador está empaquetado en una lujosa caja de madera de arce, la cual contiene un certificado, que es individualmente firmado por el director general de Taylor’s, Adrian Bridge.
El Taylor’s Single Harvest 1863 será lanzado como una edición limitada exclusiva, una vez que corresponde tan solo a dos barriles de vino, y se distribuirá de acuerdo con las solicitudes de asignación. Un vino con esta edad e interés histórico es muy difícil de encontrar, por lo que el Single Harvest 1863 representa una oportunidad única tanto para el coleccionista como para cualquier entusiasta de vinos.
Núcleo profundo de madera de caoba con un estrecho ribete de color de oliva y ámbar. En la nariz, una sucesión de aromas sutiles especiados abre contra un telón denso de jarabe y melaza. Notas de madera de roble y vainilla dan lugar al especiado de la nuez moscada, pimienta negra y jengibre. Gradualmente los ricos aromas suntuosos de la edad emergen, nuez, mazapán, butterscotch y mocha seguidos de ricas notas a higos y a pastel de ciruelas. En la boca, el vino se presenta en perfecto equilibrio, con dulzura y acidez en perfecta armonía y con un espíritu muy bien integrado. El paso en boca libera una explosión de sabor suave y opulento realzando una acidez justa, que fluye en un final interminable. Un vino de extraordinaria profundidad y fondo que sigue sorprendiendo con sus muchas capas y dimensiones de aroma.