El Marquês de Pombal
En 1703, la firma del Tratado de Methuen entre Inglaterra y Portugal dio un mayor impulso al negocio del vino de Oporto al determinar que los vinos portugueses importados en Inglaterra debían pagar en concepto de derechos un tercio menos de lo que pagaban los vinos franceses.
Más importante aún, los vinos de Oporto producidos en la región del Douro eran mucho más del gusto del consumidor inglés que el "tinto de Portugal” del Minho. Los comerciantes ingleses y escoceses no eran los únicos que comercializaban el vino de Oporto; había también familias holandesas y alemanas dentro de este sector. Sin embargo, debido a la enorme importancia del mercado inglés, los comerciantes británicos siempre predominaron.
La segunda década del siglo XVIII marcó el inicio de treinta años de rápido crecimiento de las exportaciones de vino de Oporto y de un período de gran prosperidad, tanto para los productores de la región del Douro como para los exportadores de vino establecidos en la ciudad de Oporto. Sin embargo, con el paso del tiempo, el rápido crecimiento de la demanda dio lugar gradualmente a especulaciones comerciales y a prácticas fraudulentas, tal como la adición de bayas de sauco a vinos de mala calidad para darles color y mejorar su aspecto.
Nuevos problemas surgieron en la década de 1750, altura en que la demanda de vino sufrió una fuerte disminución y hubo un exceso de producción en la región del Douro. En 1756, el Marqués de Pombal, primer ministro de Portugal, cuya influencia y poder habían sido fortalecidos gracias a la forma en que había actuado ante el catastrófico terremoto que destruyera la mayor parte de la ciudad de Lisboa el año anterior, intervino para restaurar el orden.
El Marqués de Pombal impuso inmediatamente el control estatal del comercio del vino de Oporto mediante la creación de una empresa, la Companhia Geral da Agricultura das Vinhas do Alto Douro (más tarde conocida como la Real Companhia o Companhia Velha), que tenía el monopolio del comercio con Inglaterra y Brasil, así como de la producción y comercialización de alcohol vínico en el norte de Portugal. Ese mismo año, fue demarcada el área vitivinícola para la producción de vino de Oporto. Sus límites fueron señalados con 335 pilares de piedra, conocidos como "marcos pombalinos”.
En 1757, fue llevada a cabo la primera clasificación completa de las viñas de vino de Oporto (casi un siglo antes que la clasificación similar de las viñas de Burdeos). Quienes producían los mejores vinos, conocidos como "vinhos de feitoria”, estaba autorizado a venderlos para la exportación y a pedir un precio más alto, mientras que quienes hacían vinos de una calidad más modesta, llamados "vinhos de ramo”, solo podían vender sus vinos en el mercado interno. Además, fueron tomadas algunas medidas, como la erradicación del saúco dentro del área demarcada, para evitar que se cometieran los abusos más comunes.
Las acciones draconianas del Marqués de Pombal y de la empresa monopólica, aunque impopulares en ese entonces, dieron como resultado una mejora de la calidad del vino de Oporto y marcaron el comienzo de una nueva era de crecimiento y prosperidad tanto para los productores como para los exportadores. Al establecer los límites geográficos de las viñas de vino de Oporto, clasificándolas según su calidad y estableciendo normas para la producción del vino, el Marqués de Pombal fue un verdadero visionario, precursor del moderno concepto de DOC (Denominación de Origen Controlada). Estas medidas pioneras sentaron las bases de la legislación actual, una de las más complejas de entre todas las legislaciones de las regiones vitivinícolas clásicas.


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